Se fortalece la unión de consumidores y productores en la Patagonia Norte
En sólo dos años, 2.000 familias nucleadas en 27 organizaciones se sumaron a la Red de Alimentos Cooperativos Patagonia Norte.Unas 2.000 familias nucleadas en 27 organizaciones integran la Red de Alimentos Cooperativos Patagonia Norte que nació en septiembre del 2019, con el desafío de integrar precio justo y soberanía alimentaria.
«La primera reunión fue en las instalaciones del Banco Credicoop. En ese momento, éramos 15 organizaciones de productores y consumidores. La idea fue comer sano y acceder a mejores precios. Los consumidores entendieron que los productores locales son mejores que aquellos que provienen de sistemas hegemónicos«, resumió Carlos Irasola, presidente de la Cooperativa Surgente y miembro de la Red de Alimentos Cooperativos Patagonia, de la que participan organizaciones de Bariloche, Neuquén, el Valle, Línea Sur y Viedma.
La intención de generar una estructura a través de organizaciones tuvo como fin evitar que la iniciativa «se agote» en el tiempo, como ocurrió con el trueque durante la crisis del 2001. Algunas organizaciones se sostuvieron en el tiempo y otras se han ido sumando. «Este esquema sirve a los consumidores y a los productores. Estos últimos tienen una demanda permanente de productos que les garantiza un abastecimiento seguro y poder planificarlo. Todo eso tracciona para que funcione», dijo.
Más allá de las frutas y verduras, los consumidores acceden a 600 productos elaborados durante todo el año, como aceite de oliva, girasol, dulces y miel, entre otros, que se adquieren de una comercializadora de Buenos Aires. «No podemos depender exclusivamente de la oferta local porque es muy estacional. Esto nos permite acceder todo el año. Pagamos el flete que nos cuesta un 5% del valor de los productos. El de los productos hortícolas cuestan un poco más, pero las distancias son más cercanas, de modo que el valor no pasa el 10%«, planteó.
Irasola advirtió que el precio justo «no siempre es el más barato». «De todos modos, es un precio competitivo que va mejorando a medida que se sube la escala. Esto es muy valorado por la gente que, por un lado, sabe a dónde va esa plata y está segura de que lo que come, no la envenena».
Irasola aseguró que se intenta llegar a más consumidores, aunque hay ciertas limitaciones. «Todo está hecho a pulmón. El único financiamiento que tenemos es el que surge de los productores organizados. Si bien se hace una preventa, cada organización se hace cargo del pago y el consumidor abona cuando recibe la mercadería. Nunca falta un peso«, dijo.
La dinámica de las organizaciones de consumo es de una compra al mes aunque en esta época, suelen llegar más productos. «Hay mucha gente de la zona que tiene producción en un momento y luego no la tiene. En esta época, hay producción de huerta, hoja verde, zapallito, ajo y fruta fina de El Bolsón. Estamos pensando en incorporar carne porque en Ingeniero Jacobacci, se recuperó una planta cerrada y se habilitó el Frigorífico Cooperativo J.J. Gómez», señaló Irasola.
Fuente: PPR